En resumen, un virus informático es un pequeño script de código que se ejecuta como un programa con el propósito de alterar la forma en que opera una computadora. Por supuesto, todo esto se hace sin el permiso o conocimiento del usuario.
1. El programa debe ser capaz de ejecutarse por su cuenta. De esta manera, a menudo reemplazará la ejecución de otro programa con su propio código y se ejecutará solo en lugar del programa previsto.
2. Debe poder proceder a replicarse a sí mismo. Por ejemplo, puede reemplazar otros archivos ejecutables con una copia del archivo infectado por virus. Los virus pueden infectar tanto las computadoras de escritorio como los servidores de red.
Gracias a su capacidad de replicarse, un virus se propaga de una computadora a otra y por toda una red informática. Dondequiera que se propaga, copia el mismo proceso que el que lo precedió y, por lo tanto, es capaz de infectar una gran cantidad de computadoras en un espacio de tiempo muy corto.
Al igual que un virus humano, y también como los caballos de Troya, un virus informático puede variar en el daño que causa. Algunos pueden causar solo efectos ligeramente molestos, mientras que otros pueden dañar su hardware, software o archivos.
Al igual que los troyanos, casi todos los virus están conectados a un archivo ejecutable. Esto significa que podría estar presente en una computadora, pero en realidad no puede infectarla a menos que se ejecute o abra un programa malicioso.
También similar a los virus humanos, un virus informático no se puede propagar sin la acción humana, como ejecutar un programa infectado, para mantenerlo en marcha. Como resultado, los virus a menudo son propagados por personas que, sin saberlo, envían archivos infectados a otros como archivos adjuntos en correos electrónicos.
Siempre se recomienda utilizar una solución antivirus. Además, esa solución de software debe mantenerse siempre actualizada para garantizar que cualquier vulnerabilidad se mantiene parcheada y es capaz de bloquear cualquier amenaza conocida.
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