Las políticas de seguridad son la piedra angular de cualquier estrategia de seguridad eficaz. Las políticas definen las reglas sobre cómo se deben usar y proteger los sistemas y cómo la organización responderá de manera proactiva y reactiva a posibles amenazas cibernéticas.
A medida que las organizaciones se expanden a la nube, necesitan políticas de seguridad en la nube para gestionar la seguridad de estos entornos. Estas políticas ayudan a garantizar que el acceso a los recursos de la nube se gestiona adecuadamente, que los datos sensibles están protegidos y que se cumplen los requisitos de cumplimiento.
A medida que las empresas se pasan a la nube, la mayoría de ellas están desplegando infraestructuras multi-nube. Como resultado, la implementación de la nube es compleja, con múltiples interdependencias y una amplia gama de posibles amenazas a la seguridad de la nube y vectores de ataque.
Con estos mayores riesgos para la seguridad aumenta la necesidad de una gestión eficaz de la seguridad en la nube. Un enfoque disperso e inconexo de la seguridad en la nube puede dejar lagunas de visibilidad y gestión que los atacantes pueden aprovechar para acceder a los recursos basados en la nube y realizar diversos ataques.
Las políticas de seguridad en la nube ayudan a formalizar y organizar el enfoque de una organización respecto a la seguridad en la nube. Las políticas reconocen las posibles amenazas y riesgos de seguridad, y definen el enfoque oficial de la organización para gestionar estas amenazas. También abordan los requisitos para el cumplimiento en la nube de reglamentos y normas como HIPAA y PCI DSS. Esto permite a la empresa diseñar, implementar y evaluar con mayor eficacia sus arquitecturas de seguridad en la nube.
El número de políticas de nube que necesita una organización depende de su infraestructura de nube y de sus objetivos empresariales. Sin embargo, el número de pólizas que tienen las empresas varía drásticamente. Según el Informe 2023 sobre seguridad en la nube deCheck Point:
Estos números indican que diferentes empresas enfrentan diversos desafíos relacionados con sus políticas de seguridad. Las empresas con muchas políticas de seguridad pueden tener dificultades para implementarlas y hacerlas cumplir de manera efectiva. En el otro extremo, el 30% de los encuestados que tienen cinco o menos políticas carecen probablemente de los procesos y controles necesarios para proteger eficazmente sus entornos en la nube contra las fugas de datos y las violaciones de la seguridad.
Uno de los retos más comunes a los que se enfrentan las empresas a la hora de gestionar su arquitectura de seguridad en la nube y aplicar sus políticas de seguridad es la sobrecarga de alertas. Con entornos complejos de varios nodos y numerosas políticas de seguridad en la nube, las empresas pueden verse tentadas a implantar una serie de soluciones independientes de seguridad en la nube diseñadas para alcanzar objetivos específicos en una plataforma concreta. Por ejemplo, los proveedores de la nube suelen ofrecer soluciones de seguridad integradas que sólo funcionan dentro de su propio entorno de nube.
Si bien este enfoque puede marcar todas las casillas de seguridad, también presenta importantes desafíos de seguridad. Una arquitectura de seguridad desconectada puede tener visibilidad e intervalo de seguridad. También contribuye a la fatiga de alerta. Con múltiples soluciones y paneles, los analistas de seguridad cambian de contexto entre varios paneles y analizan las alertas generadas por una variedad de soluciones de seguridad. La complejidad de hacerlo introduce latencia adicional en el proceso de respuesta a incidentes, lo que reduce la capacidad de las organizaciones para responder de forma rápida y eficaz a los ciberataques.
Uno de los retos comunes de la gestión de políticas de seguridad en la nube a los que se enfrentan las empresas es equilibrar la seguridad y la eficacia operativa. Una organización con muy pocas políticas probablemente tenga intervalo de seguridad, mientras que la existencia de demasiadas políticas indica que los gastos generales y la burocracia adicionales inhiben las operaciones o que la organización no está aplicando y haciendo cumplir realmente esas políticas.
Lograr un equilibrio entre seguridad y eficacia operativa es clave para una gestión eficaz de las políticas de seguridad en la nube. Las organizaciones deben adoptar un enfoque basado en el riesgo que priorice los riesgos en función del contexto completo de los riesgos de configuración, la postura de la carga de trabajo, la exposición de la red, los permisos, las rutas de ataque y las prioridades empresariales. Las herramientas de automatización y orquestación pueden ayudar a agilizar la gestión de las políticas, priorizar las alertas y garantizar la coherencia entre los distintos entornos de nube.
A medida que la implementación de la nube se vuelve más compleja, la gestión eficaz de la seguridad adquiere una importancia aún mayor. Los datos sensibles y la aplicación crítica trasladados a entornos en la nube son potencialmente vulnerables a los ataques y deben gestionarse mediante políticas que apliquen objetivos de ciberseguridad y aborden las posibles ciberamenazas.
La unificación de la seguridad en estas áreas permite a las organizaciones centrarse en las alertas más críticas, utilizar información procesable de un motor contextual de gestión eficaz de riesgos (ERM) y utilizar la IA y la puntuación de riesgos para reducir la superficie de ataque. Como resultado, las organizaciones están en una mejor posición para actuar rápidamente cuando surge un problema.
Check Point CloudGuard ERM puede ayudar a su organización a identificar y gestionar los riesgos de su entorno en la nube. Para saber más sobre cómo proteger su implementación en la nube, consulte esta guía definitiva del comprador de seguridad en la nube.