Las interfaces de programación de aplicaciones (API) están diseñadas para permitir que los programas se comuniquen entre sí a través de una interfaz bien estructurada. Con el tiempo, las API se han convertido en una parte crucial de la Internet moderna y de los sistemas informáticos, dando soporte a la aplicación web, móvil y de Internet de las cosas (dispositivo de IoT, y a diversas ofertas de software como servicio (SaaS).
A medida que las API se vuelven más frecuentes, han surgido como un objetivo principal para los ciberataques. Como resultado, la seguridad de las API se ha convertido en un componente central de los programas de seguridad de las aplicaciones (AppSec) de una organización.
Lea el informe de GigaOm Radar 2023 Solicite una demostración
Las API son potencialmente vulnerables a una serie de ciberataques. El Open aplicación web Security Project (OWASP) ha creado una lista de las diez principales vulnerabilidades de las API para llamar la atención sobre estos riesgos.
La versión 2023 de esta lista incluye las siguientes amenazas comunes a la seguridad de las API:
Las API se enfrentan a diversas amenazas de seguridad; sin embargo, estas amenazas pueden gestionarse aplicando las siguientes buenas prácticas de seguridad de API.
Las API permiten a los usuarios ejecutar determinadas funciones en el terminal de una organización. Incluso si estas funciones no proporcionan acceso a datos confidenciales o funcionalidad restringida, siguen consumiendo CPU, ancho de banda de red y otros recursos.
La implementación de la autenticación y la autorización permite a una organización gestionar el acceso a sus API. Idealmente, la autenticación se realizará mediante autenticación de múltiples factores (MFA), y la autorización se ajustará a los principios de confianza cero.
Las solicitudes y respuestas de la API pueden contener información sensible, como datos del usuario o información financiera. Alguien que espíe el tráfico de la red podría acceder a estos datos.
El protocolo SSL/TLS autentica un servidor web y ofrece cifrado para el tráfico API. Esto puede ayudar a protegerse contra los ataques de ingeniería social y evitar que se escuche a escondidas el tráfico de la red.
La gestión del acceso a las API es esencial para su seguridad y eficacia. Permitir un acceso inadecuado a ciertas funciones de la API podría exponer datos sensibles a una parte no autorizada o permitir ataques de denegación de servicio (DoS).
Lo ideal es que la gestión del acceso se implemente de acuerdo con los principios de confianza cero. Esto incluye la definición de controles de acceso con privilegios mínimos, que permiten a los usuarios solo el acceso requerido por su rol, y la validación de cada solicitud caso por caso.
Las API son un objetivo creciente de los ciberataques. A medida que las empresas despliegan más API y éstas se convierten en un componente más vital de las operaciones empresariales, los ataques contra ellas suponen una amenaza significativa para el negocio y pueden representar una gran oportunidad para los atacantes.
Las pruebas periódicas de seguridad y las evaluaciones de riesgos pueden proporcionar visibilidad sobre la vulnerabilidad, los errores de configuración y otros problemas de seguridad en las API de una organización. Basándose en esta información, un equipo de seguridad puede priorizar, diseñar y aplicar controles de seguridad para gestionar los riesgos de seguridad de las API de una organización.
Las API pueden contener vulnerabilidad tanto de fuentes internas como externas. Los desarrolladores de una organización pueden cometer errores que expongan una API a un ataque, o podría heredar esta vulnerabilidad de las dependencias de terceros.
La vulnerabilidad en la base de código de una API podría permitir violaciones de datos, accesos no autorizados u otros ataques. Realizar actualizaciones periódicas ayuda a cerrar estos intervalos de seguridad antes de que puedan ser explotados por un atacante.
Las API son objetivos ideales para ataques automatizados como el relleno de credenciales o los ataques DoS. A menudo son de acceso público y están diseñados para permitir una fácil comunicación entre dos programas.
La supervisión continua permite a una organización identificar y responder a la actividad anómala que podría ser indicativa de un ataque. Por ejemplo, un aumento de los intentos de acceso a una API podría indicar un ataque de relleno de credenciales, especialmente si éstos incluyen un elevado número de solicitudes fallidas.
Las API suelen estar diseñadas para ser de acceso público, exponiendo diversas funciones a los clientes de una organización. Como resultado, escanear el terminal API de una organización puede revelar una gran cantidad de información sobre su infraestructura de red.
API puerta de enlace actúan como intermediarios entre las API y sus usuarios. API puerta de enlace puede proteger una API contra el abuso mediante la aplicación de filtrado de solicitudes, limitación de velocidad y gestión de claves API.
Las API pueden enfrentarse a una gran variedad de amenazas y ataques potenciales. Estos ataques van desde explotar la vulnerabilidad hasta abusar de la funcionalidad de la API.
Una solución de protección web y de API (WAAP) está diseñada para identificar y bloquear los ataques que llegan a una API vulnerable. Además de la detección y prevención de amenazas, un WAAP también puede ofrecer otras funciones de seguridad importantes, como el cifrado y la gestión de accesos.
Las API se enfrentan a diversas amenazas de seguridad, y la aplicación de las mejores prácticas de seguridad de API es una parte esencial de la gestión de estos riesgos de seguridad. CloudGuard AppSec de Check Point proporciona las herramientas que las empresas necesitan para implementarlas en todas sus API corporativas.
CloudGuard AppSec ha sido reconocido como Líder en Innovación y Feature Play en el Informe Radar 2023 de GigaOm para la seguridad de la aplicación y API . Obtenga más información sobre sus capacidades en este libro electrónico y regístrese para una demostración gratuita hoy mismo.